Un buen suelo es esencial para una buena cosecha.

Miércoles, Marzo 2, 2016

De tal forma, su composición y su calidad puede cambiar como respuesta al manejo que se le dé, adecuando sus propiedades biológicas, químicas y físicas.

 

El suelo es un recurso dinámico que sostiene vida vegetal, está compuesto de partículas minerales de diferentes tamaños (arena, limo y arcilla), de materia orgánica y de numerosas especies de organismos vivientes. De tal forma, su composición y su calidad puede cambiar como respuesta al manejo que se le dé, adecuando sus propiedades biológicas, químicas y físicas.

 

Como parte del ecosistema, el suelo colabora para que se den variados beneficios como son el aire limpio, el agua limpia, las cosechas productivas, los buenos pastizales, la diversidad de la vida silvestre hasta la belleza en los paisajes.

 

El suelo debe tener todos los nutrientes necesarios para el crecimiento de las plantas y una estructura que las mantenga firmes y derechas. La estructura debe asegurar suficiente aire y agua para las raíces de la planta, pero debe evitar el exceso de agua a través de un drenaje eficiente. El humus se pierde fácilmente con el suelo expuesto.

 

La mayor parte de los nutrientes se reciclan a través de la raíz y regresan mediante las hojas. La materia orgánica también proviene de gusanos, insectos y otros organismos (como hongos), produciendo humos que da el color obscuro a la capa inferior del suelo y le da una buena estructura.

 

Para alcanzar una buena producción el agricultor debe mejorar la fertilidad y estructura del suelo. Existen cuatro principales tipos de suelo.

Tipos de Suelo

Los cultivos saludables crecerán en un suelo con nutrientes adecuados

Nutrientes de Suelo

Algunos nutrientes minerales son estables, como el fósforo, pero otros se pierden o se consumen fácilmente como el nitrógeno.

 

Dependiendo del cultivo, estos nutrientes se deben ajustar con la asesoría adecuada al agricultor. Existen diferentes productos en el mercado que aportan estos y otros minerales los cuáles se suministran después de un análisis de suelos, en el que se indica el estado actual de cada uno de los nutrientes, dando un parámetro para la mezcla adecuada que se deberá aplicar. Existe también tecnología disponible para analizar el suelo sin muestras, sino de forma aérea mediante drones, que dan información como variabilidad espacial y temporal de las características del suelo. 
 
También la etapa del cultivo es otro indicador para el suministro. Cada periodo de crecimiento en cada cultivo requiere de unos u otros minerales, así como el manejo de plagas. La observación aguda del agricultor en periodos de cambio de práctica de manejo de suelo y de cultivos a otro es esencial para obtener la máxima productividad de sus tierras.
 
Además de aplicar nutrientes disponibles en el mercado, existen prácticas para mejorar la calidad del suelo como: agregar materia orgánica, evitar exceso de labranza (o labranza cero), incrementar la cubierta vegetal, incrementar la diversidad vegetal (posibilidad de establecer cultivos de dos tipos de forma simultánea).

 



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